Cómo hacer para recordar. Cómo hacer para, por un momento poder
recordar. Sólo un momento. Nada más que un instante en el que pueda, reflejar
para adentro su rostro. Que ya difuso con los años se pierde por una neblina
melancólica. Sólo un pequeño pedazo de sus ojos, sólo un pequeño pedazo de sus
labios. Eso quisiera pero no consigo.
La noche, gélida, se desprende del anochecer y cae rebotando sobre las
piedras. Se limpia los ojos y llama a su sombra a pedirle perdón. Hoy más
segura que nunca. La noche, hoy apacible, se renueva buscando mejores días.
Días para cubrir.
Lo que quiere es un regalo, para avanzar seguro, de que no puede llorar
más nada, que sus lágrimas, sanan. Hoy seguro que sus dudas pueden por fin
acabarse. Hoy seguro que no hay más espacio entre el vacío y la eternidad. Y
ahí encontrar esos gestos tranquilos y calmos que avanzan seguros. Ya no se
cuestiona. Ya no quiere dudar. Sólo sonríe y grita al unísono.
Sólo quiero eso y nada más. El silencio de sus ojos. Eso y nada más.
Aunque sea sólo por un segundo.
Santiago Contreras Soux, Mayo 2008
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