ARTES VISUALES, ARQUITECTURA, LITERATURA, PENSAMIENTOS

ON ARCHITECTURE, VISUAL ARTS, LITERATURE AND MORE...

Trabajo multidisciplinar para construcción de obra y discurso.

lunes, 24 de febrero de 2014

Los fronterizos



Dramáticamente apareció. Él, el inconcebible. El que no duerme ni descansa; el que se levanta todas las mañanas añorando ser descubierto por el mundo. Su nombre es Eustaquio. Ha nacido un día soldado de verano, y ha vivido como soldadito salido de cuartel. Su convicción lo hizo cometer una serie de abruptas peticiones al mando general para que lo dejen servir en la frontera.

Dramáticamente, apareció una noche de verano. Con una vicuña en mano y un fusil en otra. Con un cigarrillo en la boca y una gorra en el bolsillo. Todos lo miramos desde una esquina, al Eustaquio, desfilar virilmente con sus botas recién pulidas minutos después de salir de la camioneta.

“Buenos días mi teniente”
“Cállese idiota. No se le ha dirigido la palabra”

Siguió caminando, batiendo su cuerpo, como si fuera gelatina. El pobre idiota, no sabía lo que es vivir en la frontera.

Lo vimos, después, desvanecerse en el fondo del pasillo. Que vergüenza. Nadie le dijo que iba a resultar así.

Lo sucedido en la frontera es un secreto de estado, queridísimo López. Al Eustaquio parece que lo han asesinado la noche pasada entre todos los soldados, ¡puta, la que los que los parió, no sabes lo mal que se va a ver esto! Ya deberían estar colgando de uno de los postes de la cancha esa que se han conseguido.

Nacido de las lágrimas de una madre que pedía a gritos que los segundos sean más rápidos. Llevado por senderos sin fin, hasta que al final alguien se paró a verlo. Alguien con el valor para confrontarlo. Miró a su alrededor mientras el polvo se expandía en la planicie. Vio el sol y las montañas de arena. A lo lejos… ya nada se veía. Entonces entendió, lo que siempre le negaron…

No se preocupen por la limpieza, estamos acá para servir al Gobierno, para evitar que los chilenos nos invadan, estamos para  prevenir a la nación del peligro de la guerra. Estamos acá para ser los hijos de puta que ponemos nuestro culo en vez de los que no hacen nada. Tenemos ante nosotros una de las más importantes misiones que un ser humano puede tener, debemos defender a los cabrones que nos han puesto en este estúpido yermo. No lo nieguen carajo, somos el mal sabor de la patria. Los fronterizos.

Desde ese día obedecimos todas sus órdenes y no dejamos de hacerlo hasta el día que murió…

 “Las diferentes realidades me agobian y me desnudan. No entiendo los caminos que me llevan a crecer. Nuestra situación no está como para que yo los deje abrirse al desierto helado en el que residimos.


La culpa me carcome. Yo se que esto es totalmente culpa mía. El error se vuelve a repetir. Vuelve a suceder y vuelve a caerme como un balde de agua fría.
 De un día para otro he dejado de ser el soldado, motivo de orgullo para sus papás y me convierto en algo que no quiero ser. Si hay algo que me saca la mugre es volver a ensuciarme las manos con el polvo del olvido. La historia se vuelve a contar, en un infinito dolor, dolor por mi soledad.
Y aún así ellos me van a perdonar, pero siempre voy a ser el hijo de puta que los mandó al infierno.”

Y aún así lo hizo, lo hizo sin titubear. Todos fueron mandados a la misión de encontrar la debilidad del otro y pronto comprendieron que el día que él apareció su destino fue sellado.

Nos han llegado nuevas noticias del sur mi general, parece ser que los soldados también murieron. En la fuga todos murieron. Han encontrado sólo las ropas y algunas…

Memorando Número 349592012

El cuerpo de Eustaquio Flores (38), ha sido encontrado en la sala común de Fortín Fin del Mundo a horas 15:30. El fallecido llevaba 3 semanas sobre el piso. Las heridas que causaron la muerte son aún desconocidas. El cuarto entero estaba cubierto de sangre.

Los restos de los soldados        31320
                                               31321
                                               31322
                                               31323

Han sido encontrados a 13 km. del Fortín. Sólo se logró recuperar sus cabezas y los brazos. Todo lo demás ha desaparecido.

¡Ayy che! Grave había estado la cosa en la frontera. Dile al López que mande a un nuevo regimiento a la frontera y que ellos se ocupen de esto…

Y así desaparecieron. Y así dejaron…

No se los olvide… se los entierre en el polvo y el resto de los días.

Lloran en la eternidad del desierto.

Consumidos por el odio.

Se mataron unos a otros y se cansaron de mirar el sol. Quince, veinte años desde que Eustaquio apareció en aquellos parajes, quince años en el medio de la nada. Lloraron por la nación, rogaron por la paz. La inminente muerte que los apretaba contra el piso. La comida con sabor a herida en el fondo del arrugado estómago. La súplica de morir contento. El deseo de ser el  último en morir. Uno por uno los fue enterrando.  Hasta que no quedó ninguno, hasta que el desierto ya no cabía en la mente.

Los despedía a los cinco… Las cabezas… Las cabezas, le dijeron, las guarde para los familiares, para los visitantes…

Y se quedó solo, Definitivamente solo. Atrapado en el vasto mar de arenas heladas.

Sentado esperó días a que le toque, y no llegó… Esperó semanas y no llegó…

No se preocupe mi teniente, la muerte ya va a llegar por usted. El día que usted se aparezca repentinamente en su posada…

Tres semanas en la frontera. El cuerpo del teniente fronterizo Eustaquio Flores será transportado hasta La Paz el día 25 de Junio. Favor presentarse en el cuartel a 15:30 horas…

Lo despidieron. 









Santiago Contreras Soux, Junio 2007

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